Ayer se celebró el Día de la Madre en Colombia y hace una semana, el primer domingo de Mayo, en España.
En ninguno de los dos domingo tuve a mi madre cerca pero ella siempre lo está de alguna forma.
Todo esto comenzó hace muchos años con mi abuela. Su figura, su talante y el hecho de haber criado a 14 hijos, (sí, 14, no es una errata), la envolvió siempre de un carácter casi divino en todos los relatos familiares. Al lado de eso, o mezclado con esa imagen de «La Madre» que ella representa en mi familia, están mis recuerdos sobre ella, su capacidad para estar en todos lados al tiempo, y con la mente tan lejos donde estuviera alguno de sus hijos. Ella me regaló mi primer libro de poesía y la certeza de que hay tiempo para escribirla porque, no sé sabe de dónde, pero ella tenía tiempo para eso y para todo.
Mi madre viene de esa mujer y es otra mujer de esas que redondea la palabra y la hace tener mil caras en una. No he conocido a nadie que sepa hacer más cosas que mi madre y las haga con más dedicación. El otro día le contaba esto a una amiga y ella sentenció: » Su mamá es una artista»…yo creo que sí, pero creo que nunca le ha importado eso. Ella hace porque haciendo se siente viva. Yo la admiro por eso pero sobre todo por lo que es y por lo que nos ha enseñado a mi y a mis hermanos.
Llegué tarde a la cita del Día de la Madre pero he podido darme cuenta por las mamás que tengo cerca que es una labor, la de madre, de 24 h y para siempre así que no creo que les importe ser felicitadas hoy.
He encontrado mujeres maravillosas en la vida. Algunas de ellas son mamás y sólo por eso no es que las admire más pero definitivamente respeto profundamente la valentía y el amor con el que crían diariamente a sus hijos.
Abrazo madres
Y la que no podía faltar: mi madre…bailando y feliz, así como me gustaría verla siempre. Te quiero mamá…todo esto es por ti.